PREVENCION
DE EPISODIOS CARDIOEMBOLICOS EN CONDICIONES DIFERENTES DE LA FA
Existen
evidencias de que la cardioversión para corregir las arrítmias
debe ser retrasada hasta después de tres semanas de tratamiento
anticoagulante con objeto de prevenir embolias sistémicas (35).
La warfarina previene la embolia y la TVP después de un infarto
de miocardio y, a menudo es administrada durante 3 a 6 meses cuando
el infarto ha sido seguido por la formación de un trombo intraventricular
(entre los factores de riesgo se incluyen un infarto transmural anterior
y disfunción ventricular). (40). La terapia prolongada con warfarina
también puede estar indicada en algunos pacientes con disfunción
del ventrículo izquierdo (41,42)
Válvulas
cardíacas protésicas
La
mejora del diseño ha reducido en gran medida la trombogenia
de las válvulas cardíacas protésicas mecánicas,
pero se sigue necesitando un tratamiento efectivo y para toda la vida
con warfarina para prevenir la mortlidad y morbilidad debidas a tromboembolismos.
El riesgo
viene determinado por el tipo de válvula y su posición
(más alto para las válvulas mitral y aorta, mayor cuando
ambas han sido sustituídas). Las valvulas no mecánicas,
por el contrario, están casi exentas de complicaciones tromboembólicas
excepto durante los tres primeros meses (43). El American College
of Chest Physicians recomienda un INR de 2.0-3.0 para el modelo bifoliáceo
reciente o para las válvulas de disco y de 2.5 a 3.5 para los
modelos más antiguos de disco o de bola. Los pacientes a los
que se haya implantado válvulas bioprotésicas requieren
tres meses de warfarina y un INR de 2.0-3.0. (43). Sin embargo, dado
que la evidencia es todavía incompleta, se considera prudente
mantener un INR de 2.5 a 3.5 para las válvulas protésicas
de "bajo riesgo" mientras que el valor del INR de 3.0 a
4.5 debe ser el objetivo a alcanzar para los modelos antiguos más
trombogénicos, siempre y cuando no exista alguna contraindicación
(tabla
1)
Este
punto de vista es consistente con las recomendaciones más recientes
de la Sociedad Británica de Hematología (2). Los fármacos
antiplaquetarios sólos son ineficaces, pero la combinación
de aspirina (100 mg/día) y dipiridamol con warfarina reduce
el riesgo de embolismo sistémico. Los meta-análisis
sugieren que la factura por añadir aspirina es un aumento de
2.5 veces de hemorragias gastrointestinales (44) de tal manera que
probablemente sea mejor evitar la asociación excepto en aquellos
pacientes en los que el riesgo de un tromboembolismo sistémico
sea excepcionalmente elevado (más de una válvula mecánica,
embolismos previos, AF asociada) (43).
Circunstancias
especiales para la anticoagulación
Sindrome
antifosfolípido y factor V Leiden:
Dos
estudios retrospectivos sobre los resultados clínicos en pacientes
con síndrome antifosfolipido y trombosis venosa y/o arterial
sugieren que la warfarina no es eficaz en los pacientes con trombosis
recurrente a menos que el INR se mantenga por encima de 3.0 (45,46).
Esto contrasta con un reciente informe que detalla pocas recurrencias
manteniendo el INR entre 2.0 y 3.5 (47). Hasta que no se disponga
de una mayor información y se completen estudios clínicos
alteatorizados, no es posible dar una recomendación seria acerca
del valor óptimo del INR. La eficacia de la aspirina sóla
en el síndrome antifosfolípido no ha sido determinada
(45-47).
No existe
evidencia actual que sugiera que los pacientes con anomalías
del factor V Leiden requieran una anticoagulación más
intensa. No hay ninguna certeza de que la duración del tratamiento
deba ser aumentada en estos pacientes ya que el riesgo de TVP recurrente
es bastante controvertido (28,29,48)
Anticoagulantes
en el embarazo:
Los
anticoagulantes orales cruzan la placenta y deben ser evitados durante
todo el embarazo, en particular durante el primer y tercer trimestres
(49). El tratamiento durante las semanas 6 a 12 de la gestación
ocasiona epifisis calcificadas (chondrodysplasia punctata)
y una hipoplasia nasal característica en los recién
nacidos, mientras que una exposición más tardía
está asociada a anormalidades del sistema nerviosos central,
incluyendo microcefalia (51)
En
un estudio, casi el 30% de los niños (10 de 35) nacidos de
madres con válvulas cardíacas protésicas tuvieron
malformaciones cuando fueron tratadas con acenocumarol en las semanas
6 a 12 de la gestación, y ninguna desarrolló fetos malformados
cuando el fármaco fué sustituído por heparina
antes de la sexta semana (52). La exposición de warfarina hasta
el parto también predispone al niño a hemorragias intracraneales
u otras durante el parto. Las heparinas no atraviesas la barrera placentaria
y no provocan estos problemas (53-55). La heparina tampoco constituye
ningún problema durante la lactancia ya que su excreción
en la leche materna es mínima (56)
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