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ANATOMÍA
Y FISIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO
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SISTEMA
NERVIOSO CENTRAL (SNC)
El sistema
nervioso central (*)
es una estructura extraordinariamente compleja que recoge millones de
estímulos por segundo que procesa y memoriza continuamente, adaptando
las respuestas del cuerpo a las condiciones internas o externas. Está
constituído por siete partes principales (*)
- Encéfalo
anterior que se subdivide en dos partes:
- Hemisferios
cerebrales
- Diencéfalo
(tálamo e hipotálamo)
- Tronco
encefálico
- Mesencéfalo
- Protuberancia
- Bulbo raquídeo
- Cerebelo
- Médula espinal
A menudo,
el encéfalo se divide en tres grandes regiones: el prosencéfalo
(diencéfalo y hemisferios cerebrales), el meséncefalo
y el rombencéfalo (bulbo raquídeo, protuberancia y cerebelo).
Todo
el neuroeje está protegido por estructuras óseas (cráneo
y columna vertebral) y por tres membranas denominadas meninges
(*).
Las meninges envuelven por completo el neuroeje, interponiéndose
entre este y las paredes óseas y se dividen en encefálicas
y espinales. De afuera hacia adentro, las meninges se denominan duramadre,
aracnoides y piamadre.
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Duramadre
La más
externa, la duramadre, es dura, fibrosa y brillante. Envuelve completamente
el neuroeje desde la bóveda del cráneo hasta el conducto
sacro. Se distinguen dos partes:
Duramadre
craneal: está adherida a los huesos del cráneo emitiendo prolongaciones
que mantienen en su lugar a las distintas partes del encéfalo y contiene
los senos venosos, donde se recoge la sangre venosa del cerebro. Los
tabiques que envía hacia la cavidad craneana dividen esta en
diferentes celdas:
Tentorio
o tienda del cerebelo:
un tabique transversal tendido en la parte posterior de la cavidad
craneal que separa la fosa cerebral de la fosa cerebelosa. En el
centro y por delante delimita el foramen oval de Pacchioni, una
amplia abertura a través de la cual pasa el mesencéfalo
(*)
Por detrás, a lo largo de su inserción craneal corren
las porciones horizontales de los senos laterales (*).
La
hoz del cerebro,
un tabique vertical y medio que divide la fosa cerebral en dos mitades
(*).
Presenta una curvatura mayor en cuyo espesor corre el seno sagital
superior y una porción rectilína que se une a la tienda
del cerebelo a lo largo de su línea medio por la que corre
el seno recto.
Tienda
de la hipófisis
que separa la celda hipofisiaria (un estrecho espacio situado sobre
la silla turca del esfenoides y ocupada por la hipófisis)
de la celda cerebral
La
hoz del cerebelo,
que separa los dos hemisferios cerebelosos.
Duramadre
espinal: encierra por completo la médula espinal. Por arriba,
se adhiere al agujero occipital y por abajo termina a nivel de las
vertebras sacras formando un embudo, el cono dural. Está separada
de las paredes del conducto vertebral por el espacio epidural, que
está lleno de grasa y recorrido por arteriolas y plexos venosos
Aracnoides
La intermedia,
la aracnoides, es una membrana transparente que cubre el encéfalo laxamente
y no se introduce en las circunvoluciones cerebrales. Está separada
de la duramadre por un espacio virtual (o sea inexistente) llamado espacio
subdural.
Piamadre
Membrana
delgada, adherida al neuroeje, que contiene gran cantidad de pequeños
vasos sanguíneos y linfáticos y está unida íntimamente a la superficie
cerebral.
En su
porción espinal forma tabiques dentados dispuestos en festón,
llamados ligamentos dentados (*)
. Entre la aracnoides y la piamadre se encuentra el espacio subaracnoideo
que contiene el líquido cefalorraquídeo y que aparece
atravesado por un gran número de finas trabéculas.
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Anatomía
del encéfalo
Desde
el exterior, el encéfalo aparece dividido en tres partes distintas pero
conectadas:
- Cerebro:
la mayor parte del encéfalo (*)
- Cerebelo
(*)
- Tronco
del encéfalo (*)
El término
tronco, o tallo del encéfalo, se refiere a todas las estructuras que
hay entre el cerebro y la médula espinal, esto es, el mesencéfalo o
cerebro medio, el puente o protuberancia y el bulbo raquídeo o médula
oblongada
El encéfalo
está protegido por el cráneo
y, además, cubierto por las meninges.
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Cerebro
Constituye
la masa principal del encéfalo y es lugar donde llegan las señales
procedentes de los órganos de los sentidos, de las terminaciones
nerviosas nociceptivas y propioceptivas. Se desarrolla a partir del
telencéfalo. El cerebro procesa toda la información procedente
del exterior y del interior del cuerpo y las almacena como recuerdos.
Aunque el cerebro sólo supone un 2% del peso del cuerpo, su actividad
metabólica es tan elevada que consume el 20% del oxígeno.
Se divide en dos hemisferios (*)
cerebrales, separados por una profunda fisura, pero unidos por su parte
inferior por un haz de fibras nerviosas de unos 10 cm llamado cuerpo
calloso (*),
que permite la comunicación entre ambos.
Los hemisferios suponen cerca del 85% del peso cerebral y su gran superficie
y su complejo desarrollo justifican el nivel superior de inteligencia
del hombre si se compara con el de otros animales.
Los
ventrículos son dos espacios bien
definidos y llenos de líquido que se encuentran en cada uno de los dos
hemisferios (*).
Los ventrículos laterales se conectan con un tercer ventrículo localizado
entre ambos hemisferios, a través de pequeños orificios que constituyen
los agujeros de Monro o forámenes interventriculares.
El tercer ventrículo desemboca en el cuarto ventrículo, a través de
un canal fino llamado acueducto de Silvio. El líquido cefalorraquídeo
que circula en el interior de estos ventrículos y además rodea al sistema
nervioso central sirve para proteger la parte interna del cerebro de
cambios bruscos de presión y para transportar sustancias químicas.
Este líquido
cefalorraquídeo se forma en los ventrículos laterales, en unos entramados
vasculares que constituyen los plexos coroideos (*)
En
cada hemisferio se distinguen:
La
corteza cerebral o sustancia gris, de unos 2 ó 3 mm de espesor,
formada por capas de células amielínicas (sin vaina de mielina que
las recubra). Debido a los numeroso pliegues que presenta, la superficie
cerebral es unas 30 veces mayor que la superficie del cráneo.
Estos pliegues forman las circunvoluciones cerebrales, surcos y fisuras
y delimitan áreas con funciones determinadas, divididas en
cinco lóbulos (*).
Cuatro de los lóbulos se denominan frontal, parietal, temporal y occipital.
El quinto lóbulo, la ínsula, no es visible desde fuera del cerebro
y está localizado en el fondo de la cisura de Silvio. Los lóbulos
frontal y parietal están situados delante y detrás, respectivamente,
de la cisura de Rolando. La cisura parieto-occipital separa el lóbulo
parietal del occipital y el lóbulo temporal se encuentra por debajo
de la cisura de Silvio.
La
sustancia blanca, mas interna constituída sobre todo por
fibras nerviosas amielínicas que llegan a la corteza
Desde
del cuerpo calloso, miles de fibras se ramifican por dentro
de la sustancia blanca. Si se interrumpen los hemisferios se vuelven
funcionalmente independientes
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El
diencéfalo origina el tálamo y el hipotálamo:
- Tálamo:
Esta
parte del diencéfalo consiste en dos masas esféricas de tejido gris,
situadas dentro de la zona media del cerebro, entre los dos hemisferios
cerebrales. Es un centro de integración de gran importancia que
recibe las señales sensoriales y donde las señales motoras de salida
pasan hacia y desde la corteza cerebral. Todas las entradas sensoriales
al cerebro, excepto las olfativas, se asocian con núcleos individuales
(grupos de células nerviosas) del tálamo.
- Hipotálamo:
El
hipotálamo está situado debajo del tálamo en la línea media en la
base del cerebro (*)
. Está formado por distintas regiones y núcleos hipotalámicos
encargados de la regulación de los impulsos fundamentales
y de las condiciones del estado interno de organismo (homeostasis,
nivel de nutrientes, temperatura) (*).
El hipotálamo también está implicado en la elaboración
de las emociones y en las sensaciones de dolor y placer. En la mujer,
controla el ciclo menstrual.
El
hipotálamo actúa también como enlace entre
el sistema nervioso central y el sistema endocrino. En efecto, tanto
el núcleo supraóptico como el núcleo paraventricular
y la eminencia mediana están constituídas por células
neurosecretoras que producen hormonas que son transportadas hasta
la neurohipófisis a lo largo de los axones del tracto hipotálamo-hipofisiario.
Allí se acumulan para ser excretadas en la sangre o para
estimular células endocrinas de la hipófisis.
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