En todas las vértebras se eucuentran las siguientes porciones (*)
El cuerpo es la porción más voluminosa de la vértebra, la que contribuye en primer término a dar a la columna vertebral su solidez y resistencia. Tiene la forma de un cilindro, y, por consiguiente, podemos considerar en él dos bases o caras y una circunferencia:
Comprendido entre la cara posterior del cuerpo de la vértebra y la apófisis espinosa, el agujero vertebral tiene la forma de un triángulo, cuyos ángulos, más o menos redondeados, tienden a darle la forma circular. Los agujeros vertebrales, superponiéndose, forman en su conjunto un largo conducto, el conducto raquídeo, en el cual se alojan la medula espinal y sus anexos. Situada en la línea media lo mismo que el cuerpo, la apófisis espinosa se dirige directamente hacia atrás en forma de una larga espina, a la cual debe el nombre que lleva. Se distinguen:
En número de dos, izquierda y derecha, las apófisis transversas, como su nombre indica, se dirigen transversalmente hacia fuera. Lo mismo que las apófisis espinosas, cada apófisis transversa tiene:
Las apófisis articulares, así llamadas porque sirven para la articulación de las vértebras entre sí, son en número de cuatro: dos superiores o ascendentes y dos inferiores o descendentes. Situadas simétricamente a cada lado del agujero vertebral, unas y otras rebasan, sea hacia arriba, sea hacia abajo, el nivel del arco óseo que limita este orificio. Las apófisis articulares superiores se articulan con las apófisis articulares inferiores de la vértebra inmediata superior ; y, viceversa, las apófisis articulares inferiores se articulan con las apófisis articulares superiores de la vértebra que está inmediatamente por debajo. Las láminas vertebrales son dos, una derecha y otra izquierda. Aplanadas y cuadriláteras, constituyen la mayor parte de la pared posterolateral del agujero raquídeo. En virtud de su configuración, hay que considerar en cada lámina:
Desde el punto de vista de su dirección, las láminas vertebrales no son verticales, sino ligeramente oblicuas hacia abajo y atrás. De semejante disposición resulta:
Reciben el nombre de pedículos las dos porciones óseas delgadas y estrechas que a cada lado unen la base de la apófisis transversa y las dos apófisis articulares correspondientes a la parte posterior y lateral del cuerpo vertebral. De este modo, los pedículos limitan por los lados el agujero de la vértebra. Los bordes no son rectilíneos, sino que describen dos curvas que se miran por su convexidad: relativamente ancho en sus dos extremidades, resulta, pues, que cada pedículo presenta su mínimo de altura en su parte media, de lo cual resultan dos escotaduras, una superior y otra inferior. Estas escotaduras se corresponden exactamente con las escotaduras similares de las vértebras inmediatas, circunscribiendo así a cada lado de la columna vertebral, una serie regular de orificios, que dan entrada al conducto raquídeo y por este motivo se denominan agujeros de conjunción. Los agujeros de conjunción son dos (uno derecho y otro izquierdo) para cada espacio intervertebral, y, por consiguiente, cada uno de ellos puede definirse como sigue: orificio comprendido entre la escotadura superior de una vértebra cualquiera y la escotadura de la vértebra que se encuentra inmediatamente por encima de aquélla. |