La Edad Crítica de la Mujer

EL APARATO CIRCULATORIO, LOS LIPIDOS Y LA NUTRICION

Introducción

Siempre que hablamos de enfermedades del climaterio hay que distinguir bien lo que es propiamente debido a el cese de la menstruación y a sus cambios endocrinos de lo que es debido simplemente al envejecimiento. Hay, en esta época de la vida, afecciones que son propias de la edad crítica y además tienen una fase aguda y luego ceden y otras que se deben puramente a la involución. Finalmente, hay una mezcla, enfermedades que empiezan con un síntoma agudo climatérico y luego gradualmente se hacen crónicas.

El Aparato circulatorio

Es interesante destacar que las mujeres se preocupan muy poco de su corazón y de su aparato circulatorio a pesar de que la morbilidad y mortalidad de la enfermedad miocárdica es mucho mayor que la de otras complicaciones del climaterio.

Trastornos circulatorios del climaterio
Hipertensión
Sofocos
Taquicardia
Insuficiencia cardíaca
Angina de pecho
Arritmias cardíacas
Varices
Flebitis

Los Sofocos

Los sofocos son unos síntomas muy frecuentes en la menopausia. Sin ser el más frecuente, es sin duda el más llamativo. Como veíamos anteriormente, aproximadamente el 66% de las mujeres postmenopaúsicas tienen sofocos. Pero además, los sofocos constituyen unos síntomas muy peculiares, puesto que en lugar de irse agravando como ocurre con otros trastornos, remiten espontáneamente al cabo de unos años.

Estos sofocos son solo en parte trastornes circulatorios, aunque son fenómenos de vasodilatación de los capilares y arteriorlas cutáneas acompañados de un enrojecimiento y calentamiento de la piel, ya que su origen es nervioso y endocrino. Adicionalmente, muchas veces son parcialmente de origen psicosomático.

El sofoco un síntoma muy conocido: es un enrojecimiento de la piel que generalmente afecta la cara o la mitad superior del cuerpo, siendo excepcional por debajo del abdomen, que suele ir acompañado de sudoración y sensación de calor y a veces de taquicardia.

El sofoco se caracteriza por una vasodilatación que cede al cabo de unos minutos. Suelen durar desde medio minuto hasta media hora.

El origen de los sofocos se encuentra en la reducción de los estrógenos, lo que produce una excitación de sistema adrenérgico central. Esta alteración incrementa la liberación de neurotransmisores opioides (b-endorfinas) que actúan a tres niveles:
  1. Sobre el centro termoregulador
  2. Sobre el centro del sofoco
  3. Excitación del hipotálamo anterior, en las neuronas liberadoras de LHRH con producción pulsátil de esta hormona y consecuentemente, de la LH.
 
En la figura se representa la conductancia eléctrica de la piel (en miliohmios) frente al tiempo desde la aparición del sofoco. Puede verse que a los pocos minutos de la aparición subjetiva del sofoco aumenta la conductancia eléctrica y disminuye aproximadamente a los 12-15 minutos. Si medimos con un termómetro de superficie la temperatura de la piel, se observa un lenta elevación inicial que alcanza su máximo a los 10 minutos. Simultáneamente, la irrigación sanguínea sigue un aumento paralelo a la conductancia, es decir tiene lugar un poco antes que el aumento de temperatura.

Se ha discutido y se sigue discutiendo todavía la causa de los sofocos. En efecto, muchas veces los sofocos empiezan antes de llegar la menopausia, es decir antes de que se declaren los trastornos endocrinos. Mujeres de 47 o 48, que todavía menstruan normalmente pueden tener sofocos y en cambio, cuando estos trastornos más se acentúan, entonces desaparecen los sofocos. Por tanto, no puede decirse que la supresión de los estrógenos y la elevación de las gonadotropinas sea la causa de los sofocos. Quizás sean los desencadenantes, pero sin duda alguna deben tener un origen más profundo.

En efecto, en un grupo de mujeres en las que se determinaron los niveles de estradiol, estrona, testosterona, androstendiona y sulfato de dihidroepiandrosterona antes de la menopausia, durante la menopausia y cinco y diez años después de la menopausia, el sofoco aparece cuando más altos están los niveles de estradiol y estrona. Es decir, el sofoco no es desencadenado por una falta de hormonas.

Se ha tratado de explicar el origen del sofoco de una manera más compleja, y constantemente se están aportando a la literatura médica nuevos hallazgos, resultados de nuevas investigaciones y nuevas hipótesis. La idea que hoy tenemos sobre el origen del sofoco es que, probablemente es desencadenado por el descenso de los estrógenos, pero que luego hay otros factores que complican el proceso.

El descenso de los estrógenos determina un descenso de una transformación de los mismos en el sistema nervioso central. En el cerebro, en particular en los núcleos grises de la base del encéfalo existen abundantes receptores estrogénicos. La explicación de esta abundancia es múltiple: desde que los intintos femeninos son determinados a este nivel cerebral por los estrógenos hasta el suponer que estos receptores intervienen, como veremos seguidamente, en otros procesos fisiológicos de la mujer