La Edad Crítica de la Mujer

 

MELATONINA

La melatonina, fué descubierta en 1969 por Axelrod y col. pero realmente fué considerada como una curiosidad, una rara hormona que había en la pineal y que intervenía sobre todo en el desencadenamiento de la pubertad. Sin embargo, años más tarde, los aviadores descubrieron que el trastorno que se llama "jet lag" o desfase en el sueño por el cambio horario, se podía curar con tabletas de melatonina poniendo de moda a esta sustancia que se puede aplicar no solamente en el insomnio, sino también en la anorexia y en la depresión.

La melatonina desciende progresivamente con la edad: es muy alta en la niña y va bajando a medida que va avanzando la vida siendo su falta la causa de estos trastornos del sueño.

La melatonina es una indolamina, derivado del indol (hidrocarburo que tiene un anillo hexagonal unido a uno pentagonal) que se produce en la glándula pineal o epifisis a partir del triptófano, uno de los 20 aminoácidos fundamentales que componen la materia viva.

La melatonina es muy importante en la vida: es muy alta en la niñez y su descenso origina la aparición de la pubertad, de manera que si en una niña hay que extipar la pineal por un tumor cerebral o se lesiona esta glándula por una meningitis o una encefalitis dejando de funcionar, aparece la pubertad.

En las aves y algunos animales salvajes muy sensibles a la luz, la iluminación disminuye la melatonina, siendo la esta disminución la desencadenante del celo que tiene lugar en la primavera cuando aumenta la iluminación del ambiente.

A lo largo de la vida, la melatonina va dismuyendo progresivamente hasta menos de la mitad. También se observa una producción cíclica de esta hormona siguiendo el ritmo circadiano, aumentando durante la noche y disminuyendo durante el día. Esto se debe a que existe un tracto óptico-pineal que va desde la retina pasando por el cuerpo geniculado lateral hasta la pineal, de manera que cuando la luz llega a la retina esta excita a la pineal y la frena. En la mujer joven, los niveles plasmáticos de melatonina a diferentes horas del día son siempre más elevados que los equivalentes de la mujer postmenopaúsica, de manera que al ser la melatonina la hormona que gobierna el sueño no es sorprendente que la mujer joven duerma bien y la mayor mal. También se ha visto que los niveles nocturnos de melatonina son más reducidos en las mujeres postmenopaúsicas depresivas que en las normale y los mismo ocurre en el caso de mujeres con trastornos climatéricos muy acentuados. No cabe pués ninguna duda que la disminución de la melatonina durante la noche es la causa de los síntomas de insomnio, depresión y cansancio. La administración de 3 a 6 mg de melatonina por la noche no sólo es una forma de conciliar el sueño sino que además regulariza enormemente todas las funciones de la mujer.

Por alguna razón que se nos escapa, la melatonina no se encuentra en España aunque en los Estados Unidos se puede conseguir en cualquier "Drugstore". Sin embargo, hoy día es bastante fácil conseguirse la melatonina mediante amistadades que vayan a los EE.UU, o más fácilmente todavía mediante INTERNET en donde además, existe una amplísima bibliografía

DEHIDROEPIANDROSTERONA

Otra sustancia importante en el tratamiento de la postmenopausia es la dehidroepiandrosterona (DHEA). Esta sustancia es una antigua conocida nuestra. Existe en gran cantidad en la orina, en la sangre de la mujer durante toda la vida y sabíamos que era un intermedio del metabolismo de los andrógenos. La DHEA es muy débilmente andrógenica y se creía que su papel era simplemente el de un catabolito de otras hormonas. Sin embargo, al verse posteriormente que la DHEA se acumula enormemente en el tejido nervioso y que posee una función neurotropa, activadora de determinadas funciones nerviosas, se ha moficado este punto de vista, de forma que hoy se considera a la DHEA como un neuroesteroide. Este neuroesteroide podría ser según Beaulieu - el inventor de la sustancie RU-486 que constituye la controvertida píldora abortiva, severamente prohibida por la Iglesia - la fuente de la juventud. Esta afirmación la hace Beaulieu, aunque con un matiz interrogativo, en la revista Science, que juntamente con Nature, es la revista donde se publican los hallazgos científicos más relevantes y que se caracteriza por el rigor con que son filtrados los artículos que publica.

La DHEA se forma en la corteza suprarrenal. El feto, que tiene una corteza suprarrenal tan grande como el hígado, ya produce DHEA en grandes cantidades que se piensa hoy sirva para el desarrollo del cerebro fetal. La DHEA se convierte en androstendiona que, como hemos visto es precursora de los andrógenos y estos de los estrógenos.

La DHEA se encuentra en la sangre en cantidades muy elevadas, y a lo largo de la vida experimenta un descenso muy similar al que se produce en el caso de la melatonina. En la vida fetal, la DHEA se encuentra a concentraciones elevadísimas; en la infancia estos niveles disminuyen, bajando más en la juventud y mucho más en la vejez. Además, la DHEA muestra una gran afinidad hacia el tejido nervioso, como se observa cuando se inyecta a la rata en la que ocasiona unas concentraciones cerebrales más el doble de las plasmáticas.

En el cerebro, la DHEA recorre un complejo camino metabólico, fijándose en último término a receptores intracelulares de las membranas de las células nerviosas. La función estimulante del desarrollo del cerebro que se observa en la vida fetal es mantenida por la DHEA durante toda la vida, contribuyendo de alguna manera a nutrir el sistema nervioso.

Por estos motivos, la DHEA es eficaz en la edad menopaúsica, sobre todo en trastornos nerviosos, compensado la pérdida de la misma ocasionada por la edad.

HORMONA DEL CRECIMIENTO

Al igual que ocurre con la melatonina y la DHEA, la hormona del crecimiento se encuentra presente en grandes cantidades en los niños, disminuyendo con la edad según una curva que es prácticamente idéntica a las de las dos hormonas anteriores. Las tres representarían lo que, de una forma literaria, podríamos llamar hormonas de la juventud o mejor aún, hormonas representativas de la juventud.

La hormona del crecimiento fué la primera hormona que se descubrió. En 1921, dos investigadores norteamericanos, Long y Evans descubrieron que si a un cachorro de perro se le extirpaba la hipófisis se quedaba enano, y si se le inyectaba extracto hipofisiario seguía creciendo. Hasta hace pocos años se creía que la hormona del crecimiento no existía más que en la infancia y la adolescencia y que al llegar los 20 años dejaba de tener actividad y en efecto así ocurre: a partir de los 20 años los huesos largos ya no crecen. Sin embargo, la hormona tiene otras funciones: ya vimos al estudiar la osteoporosis que la hormona del crecimiento estimula la actividad de los osteoblastos. Se ha visto que la hormona del crecimiento continua toda la vida en actividad aunque en la menopausia y la vejez se encuentra en niveles muy bajos, que determinan no sólo la aparición de la osteoporosis sino que además tienen acciones metabólicas en el organismo que ocasionan cansancio, pereza muscular, y fallo cardíaco.

La hormona del crecimiento es una proteína de 191 aminoácidos cuya composición se conoce perfectamente. La del hombre que se denomina HGH (Human Growth Hormone) es ligeramente diferente de la otros mamíferos variando en algunos aminoácidos. Al igual que otras muchas hormonas proteícas - la insulina es un ejemplo de ello- la HGH se obtiene sintéticamente utilizando la tecnología de la ingeniería genética por no ser viable, dado el enorme tamaño de la molécula, la síntesis química.

La ingeniería genética, que utiliza el ADN recombinante, consiste en aislar los genes que codifican la hormona que se desea fabricar. Estos genes, una vez purificados, se insertan en el ADN de algún otro organismo (normalmente se utiliza una bacteria) que al llevar el código que representa la proteína u hormona se pone a fabricarla.

La administración de la hormona del crecimiento a las mujeres menopaúsicas también mejora su estado general.

En resumen, el tratamiento ideal de la mujer menopaúsica podría ser el siguiente:

  • Administrar terapia hormonal sustitutiva selectivamente, sólo a las mujeres que necesitan estrógenos (aproximadamente el 50% necesitan estrógenos de forma continua, 25% los necesitan de forma intermitente y 25% no los necesitan nunca)
  • Administrar melatonina cuando sea necesaria, siempre que haya insomnio o depresión
  • Si hay cansancio o fatiga excesiva, es recomendable la DHEA
  • Finalmente, la hormona del crecimiento se administrará a las mujeres que muestren osteoporosis. Este último producto viene a sustituir a la calcitonina que, aún siendo útil, no es el único tratamiento para este tipo de enfermedad.

Manejando bien esta paleta de medicamentos, dirigiendo adecuadamente cada caso, no olvidando los consejos sobre alimentación, ejercicio, género de vida y ocupación, convenciendo a las pacientes de que su situación no es una enfermedad sino un momento fisiológico de la vida que no tiene porqué ser negativo, se consiguen resultados tan espectaculares como los exhibidos por numerosas vedettes y artistas de cine que se mantienen jóvenes pasados los 60 y los 70 años.