La Edad Crítica de la Mujer

TRATAMIENTO (II)

Otros tratamientos farmacológicos

El tratamiento con estrógenos y progesterona no siempre resuelve todos los problemas que se presentan en la mujer postmenopaúsica. Hay otros aspectos que también tienen un gran interés. El primero de ellos es el de los sofocos. Como ya hemos visto en otra parte, los sofocos constituyen un síntoma un poco atípico ya que, aunque indudablemente van ligados a la desaparición de la actividad ovárica, ocurren antes de la menopausia, cuando todavía hay secreción de estrógenos y no siempre se calman con la medicación estrogénica. Por esta razón, se sigue recurriendo a los siguientes tratamientos farmacológicos:

  • Clonidina: la clonidina, que se encuentra en el comercio con el nombre de Catapresan es un depresor de las catecolaminas sin efectos endocrinos que actúa sintomáticamente suprimiendo los sofocos. La administración de clonidina está indicada en mujeres que aún no hayan perdido la regla y experimenten sofocos o bien en mujeres ya menopaúsicas en las que el tratamiento estrógenico no haya reducido estos síntomas. La administración de un par de píldoras de clonidina al día al comienzo del tratamiento y luego de una sóla como dosis de sostenimiento constituye un remedio bastante eficaz.
  • Veralipride: el veralipride, que se encuentra en el comercio con el nombre de Agreal aunque actuando por un mecanismo diferente, también produce buenos resultados.
  • Naloxona: la naloxona es un antagonista de los opoides endógenos. Como veíamos anteriormente, en la génesis de los sofocos, entre los varios neurotransmisores implicados se encuentran las endorfinas. La medicación que las antagoniza, la naloxona, produce muy buenos resultados. Desafortunadamente, la naloxona sólo es activa por vía parenteral, lo que supone el grave inconveniente de tener que administrar una inyección diaria, quedando su uso restringido al caso de sofocos muy molestos que no respondan a otros tratamientos.

Otro problema que se presenta y que tiene su tratamiento aparte, es el del insomnio. Las mujeres en esta edad de la vida tienen insomnio. Aunque ellas creen que se trata de un insomnio secundario consecuencia de disgustos y preocupaciones, la realidad es que incluso las mujeres con una vida plácida y tranquila también duermen menos, como veremos más adelante al hablar de la melatonina. Para paliar el insomnio existe una serie de medicamentos de todos conocidos, como el diazepam (Valium), el meprobramato (Dapaz), difenhidramina (Dormidina) y la melanina, que hay que emplear en algún momento.

La depresión climáterica, de la que también hemos hablado y que desde luego mejora con el tratamiento estrógenico, algunas veces necesita también un tratamiento antidepresivo como la imipramina (Anafranil)o la amitriptilina. (Mutabase)

Otro problema que se presenta y que tiene su tratamiento aparte, es el del insomnio. Las mujeres en esta edad de la vida tienen insomnio. Aunque ellas creen que se trata de un insomnio secundario consecuencia de disgustos y preocupaciones, la realidad es que incluso las mujeres con una vida plácida y tranquila también duermen menos, como veremos más adelante al hablar de la melatonina. Para paliar el insomnio existe una serie de medicamentos de todos conocidos, como el diazepam (Valium), el meprobramato (Dapaz), difenhidramina (Dormidina) y la melanina, que hay que emplear en algún momento.

La depresión climáterica, de la que también hemos hablado y que desde luego mejora con el tratamiento estrógenico, algunas veces necesita también un tratamiento antidepresivo como la imipramina (Anafranil)o la amitriptilina. (Mutabase)

Alimentación y género de vida

No siempre los medicamentos son imprescindibles, sino que un aspecto importante del tratamiento de los problemas que se presentan en la menopausia, es el constituído por la alimentación y el género de vida.

Aunque no existen en España estudios bien hechos sobre la alimentación de las mujeres en esta época de la vida, se sabe por las estadísticas realizadas en los EE.UU que el 67% de las mujeres en edad climatérica ingieren más calorías en la alimentación de las que necesitan. Probablemente esto se debe a la costumbre de comer más de lo necesario, exceso debido a los cambios radicales que se han producido en el consumo energético y que no han ido acompañados de cambios paralelos en la alimentación. En efecto, hace tan sólo unas pocas décadas, en la época que no había automóviles, ascensores e incluso calefacciones o prendas de abrigo como las de hoy, el gasto energético era sustancialmente superior, de manera que si antes se hablaba de unos regímenes normales de 2.500 a 3.000 calorías diarias, hoy día son suficientes 1.500 o 1.600 calorías para una mujer de 60 kg. En consecuencia, hay que llevar a cabo tratamientos para adelgazar, tratamientos que en ocasiones pueden tener efectos negativos. En definitiva, se llega a la conclusión, también válida para los hombres, de que hay que comer menos. Si a la costumbre de comer más de lo necesario y al poco ejercicio que hoy día se practica se añade un factor psíquico como veíamos al hablar del síndrome del nido vacío - la mujer que no sabe que hacer, que empieza a aburrirse por haber terminado la educación de los hijos... - no es sorprendente que un gran número de mujeres muestren un sobrepeso. Como decía Marañon hace ya varias décadas, a estas mujeres que comen más de la cuenta, que hacen poco ejercicio y que encima se aburren, hay que aconsejarles "la obligación inventada". Se pueden inventar mil cosas que van desde hacer obras de caridad o visitar a ancianos hasta cursar una carrera universitaria por la UNED, pero nunca estarse quieta en casa.

LA CALIDAD DE VIDA

En los últimos años se han descubierto algunas sustancias y hormonas que actúan más mejorando la calidad de vida que como verdaderos medicamentos. La calidad de vida es un desafío general que se plantea actualmente en la Medicina y no solamente en el tratamiento de las mujeres climatéricas. Todo médico hoy día se plantea el problema no solamente de curar al enfermo sino de proporcionarle unas condiciones de vida aceptables. Por ejemplo, un enfermo de cáncer de colon puede salvar la vida mediante una resección adecuada, practicándosele un ano ilíaco. Pero muchas veces, ese pobre enfermo piensa si no hubiera preferido verse muerto que teniendo esa inmensa pesadumbre de tener que llevar un ano ilíaco. Este es un ejemplo entre cien, porque es cierto que muchas personas que salvan la vida viviendo en unidades de vigilancia intensiva, con limitaciones enormes, con dolores, con incomodidades, unidos a una máquina.., se plantean ellos mismos si esa vida que conservan merece la pena ser vivida. Por lo tanto, a los médicos de hoy se nos presenta un enorme desafío: no tenemos derecho a pensar solamente en la curación o en la mejoría de la enfermedad; tenemos que ver si esas medidas de tratamiento conservan una calidad de vida aceptable para el hombre o la mujer.

Los objetivos para conservar una buena calidad de vida a la mujer post-menopaúsica son curar, mejorar y prevenir:

  • curar los sofocos, el nerviosismo, la sequedad genital, la disuria mejorar el aspecto físico, el estado de la piel, el instinto sexual, las actividades físicas y la capacidad intelectual
  • prevenir la osteoporosis y la enfermedad coronaria

En la postmenopausia no hay que tratar los síntomas individuales a menos que, como es el caso de los sofocos, estos sean muy prevalentes, sino que hay que pensar en el conjunto del cuadro clínico, mejorando el estado general y la calidad de vida. Ya hemos visto en el capítulo anterior que esto se consigue mediante la terapia hormonal sustitutiva. Adicionalmente, en los cuatro últimos años han irrumpido en la terapeútica unas nuevas e interesantes sustancias que, aunque no evitan tener que dar el tratamiento hormonal, colaboran grandemente en mejorar los resultados. Estas son:

  • Melatonina DHEA (Dehidroepiandrosterona)
  • Hormona del crecimiento