Tratamiento
de la angina de pecho crónica estable:
Administración
oral:
- Adultos:
inicialmente 10-20 mg 2 a 4 veces al día, aumentando progresivamente
las dosis hasta 160-320 mg/día repartidos en dos 2 a 4 administraciones
- Ancianos:
las mismas dosis que los adultos más jóvenes iniciando
y escalando las dosis de forma más conservadora. En general,
la respuesta a los beta-bloqueantes en los ancianos no es muy predecible
Administración
oral (formulación de liberación sostenida):
- Adultos:
inicialmente 80 mg una vez al día, aumentando la dosis a intervalos
de 3 a 7 días hasta los 160-320mg/día
- Ancianos:
las mismas dosis que los adultos más jóvenes, escalando
las dosis con precaución
Tratamiento
de la angina inestable:
Administración
intravenosa seguida de administración oral:
- Adultos:
inicialmente 0.5-1 mg iv seguidos a las 1-2 horas de 40 -80 mg por vía
oral cada 6-8 horas. Las guías clínicas recomiendan reservar
la vía intravenosa para los pacientes con elevado riesgo
Tratamiento
del fluter o fibrilación auricular:
Administración
intravenosa:
- Adultos:
la dosis usual es de 1-3 mg iv administrados a una velocidad no superior
a 1 mg/min. Puede administrarse una segunda dosis si fuese necesario
a los 2-3 minutos monitorizando cuidadosamente la frecuencia cardiaca
y la presión arterial. Posteriormente, pueden darse dosis adicionales
cada 4-6 horas. En general, las dosis se escalan hasta mantener una
frecuencia ventricular de 70 a 90 latidos/min.
- Ancianos:
mismas dosis que los adultos más jóvenes con una repetición
más conservadora de las dosis
Administración
oral:
- Adultos:
inicialmente entre 10 y 30 mg tres o cuatro veces al día. Ajustar
las dosis hasta mantener un ritmo ventricular de 70-90 latidos/min
- Ancianos:
mismas dosis que los adultos más jóvenes con una repetición
más conservadora de las dosis
Tratamiento
o profilaxis de la taquicardia supraventricular paroxística:
Administración
oral:
- Adultos:
inicialmente 10-30 mg tres o cuatro veces al día. Estas dosis
se pueden aumentar hasta 160-320 mg/día divididos en 3 o 4 administraciones
- Ancianos:
ancianos: mismas dosis que los adultos más jóvenes con
una repetición más conservadora de las dosis
- Niños:
inicialmente 0.5-1 mg/kg/día divididos en dosis cada 6 a 8 horas.
Aumentar las dosis si fuese necesario cada 3-5 días. Las dosis
de mantenimiento son usualmente de 2-4 mg/kg/día. Las dosis máximas
recomendadas son de 16 mg/kg/día.
- Lactantes:
inicialmente 0.25 mg/kg/dosis cada 6-8 horas. Si fuese necesario aumentar
las dosis lentamente hasta 5 mg/kg/día, siempre en dosis divididas
Administración
intravenosa:
- Adultos:
0.5.3 mg a una velocidad de inyección no superior a 1 mg/min.
Repetir, si fuese necesario a los 2 minutos. Las dosis siguientes se
deben separar al menos 4 horas
- Ancianos:
comenzar con dosis más bajas que los adultos más jóvenes
y repetir la dosis con precaución. En general, los ancianos muestran
respuesta a los beta-bloqueantes poco predecibles
- Niños:
0.01 a 0.1 mg/kg en un bolo intravenoso lento, repitiendo cada 6 a 8
horas si fuese necesario. Las dosis máximas recomendadas son
de 3 mg.
- Lactantes:
inicialmente 0.01 mg/kg en un bolo intravenoso lento (10 min) repitiendo
cada 6-8 horas. Las dosis máximas recomendadas son de 0.15 mg/kg
cada 6-8 horas
Tratamiento o profilaxis del infarto de miocardio agudo:
Administración
intravenosa:
- Adultos:
se recomienda una dosis total de 0.1 mg/kg dividida en tres veces a
intervalos de 2 a 3 minutos.
- Ancianos:
comenzar con dosis más bajas que los adultos más jóvenes
y repetir la dosis con precaución. En general, los ancianos muestran
respuesta a los beta-bloqueantes poco predecibles
Administración
oral:
- Adultos:
180-320 mg/día repartidos en 3 o 4 dosis.
- Ancianos:
las mismas dosis que los adultos más jóvenes
Para evitar
la reincidencia de un infarto y reducir la mortalidad cardiovascular,
se recomiendan 180-240 mg/día distribuidos en 3 o 4 administraciones,
comenzando el tratamiento a los 5-21 días después del infarto
Tratamiento
de la estenosis subaórtica hipertrófica idiopática:
Administración
oral (formulación normal):
- Adultos:
20-40 mg administrados 3 o 4 veces al día
- Ancianos:
mismas dosis que los adultos más jóvenes
Administración
oral (formulación de liberación sostenida):
- Adultos:
80-160 mg una vez al día
- Ancianos:
iniciar el tratamiento con la dosis menor, aumentando esta con precaución
Control
preoperatorio de la taquicardia previa a la cirugía de un feocromocitoma
conjuntamente con un alfa-bloqueante:
Administración
oral:
- Adultos:
30-60 mg/día en dosis divididas durante los 3 días previos
a la operación.
Profilaxis de la migraña:
Administración
oral (formulación normal):
- Adultos:
inicialmente 80 mg/día distribuidos en 3 o 4 dosis. Si fuese
necesario estas dosis se pueden ir aumentando gradualmente hasta 160-240
mg/día. Ocasionalmente se han administrado dosis de hasta 320
mg/día. Si no se produjera mejoría alguna, discontinuar
el tratamiento después de 4 a 6 semanas
- Niños
> 35 kg: se recomiendan dosis de 20 a 40 mg tres veces al día
- Niños
< 35 kg: dosis de 10 a 20 mg tres veces al día
Administración
oral (formulación de liberación sostenida):
- Adultos:
inicialmente 80 mg una vez al día, aumentando las dosis si fuese
necesario hasta 160-240 mg/día.
- Niños:
la seguridad y eficacia de esta formulación no han sido evaluadas
Tratamiento del tremor idiopático (temblores):
Administración
oral:
- Adultos:
inicialmente 40 mg dos veces al día. Esta dosis se puede aumentar
si fuese necesario hasta 120-230 mg/día en 2 o 3 administraciones
- Ancianos:
las mismas dosis que los adultos más jóvenes
Tratamiento de la ansiedad o ataques de pánico:
Administración
oral:
- Adultos:
10-80 mg una hora antes del evento que producirá la ansiedad
- Ancianos:
las mismas dosis que los adultos más jóvenes
Tratamiento
a corto plazo de la taquicardia y arritmias producidas por la tirotoxicosis:
Administración
oral:
- Adultos
y adolescentes: 10-40 mg cada 6 horas.
- Ancianos:
mismas dosis que los adultos más jóvenes siendo conservadores
con las dosis iniciales
- Neonatos:
2 mg/kg/día repartidos en 2 a 4 administraciones. Pueden ser
necesarias dosis más elevadas
Tratamiento
de la hipertensión e insuficiencia renal asociada a una crisis
de esclerodermia renal:
Administración
oral:
- Adultos:
inicialmente 40 mg dos veces al día, que se pueden aumentar a
os 3-7 días hasta 160-480 mg/día hasta obtener la respuesta
deseada sobre la presión arterial
- Ancianos:
las mismas dosis que los adultos más jóvenes
Tratamiento
de la hipertensión portal y profilaxis del sangrado de las várices
esofágicas:
Administración
oral:
- Adultos:
el uso del propranolol en la profilaxis del sangrado de las várices
esofágicas es objeto de controversia. En alguna publicación,
ha señalado que las dosis de 40 mg dos veces al día de
propranolol reducen de forma significativa la incidencia de sangrado
en pacientes con enfermedad hepática (grados A, B y C de la clasificación
de Child-Pugh) sin hemorragias esofágicas previas. Sin embargo,
a los dos años, no hay diferencias significativas en los índices
de supervivencia de los pacientes tratados con propranolol u otros tratamientos
- Ancianos:
las mismas dosis que los adultos más jóvenes
Tratamiento
del comportamiento agresivo o de la agitación crónica:
Administración
oral:
- Adultos:
en los pacientes sin enfermedades cardiovasculares, algunos autores
recomiendan una dosis de 20 mg 3 veces al día, aumentando la
misma en 40-60 mg cada tres días, hasta alcanzar una dosis de
160 a 320 mg/día
- Ancianos:
las mismas dosis que los adultos con aumentos más conservadores
de las dosis
Tratamiento
adyuvante de las crisis hipercianóticas asociadas a la tetralogía
de Fallot :
Administración
oral:
- Niños:
1—2 mg/kg cada 6 horas. El tratamiento puede iniciarse con la mitad
de la dosis, aumentándose en 1 mg/kg/día cada 24 horas.
La dosis máxima es de 5 mg/kg/día. Aunque se han administrado
ocasionalmente dosis más elevadas (10-15mg/kg/día) , se
requiere en este caso una monitorización continua de la frecuencia,
tamaño y contractilidad cardíacos
Pacientes
con insuficiencia hepática: al ser el propranolol inicialmente
metabolizado por el hígado, se recomiendan unas dosis más
bajas para las indicaciones especificadas. Igualmente, el escalado de
las dosis se debe realizar con precaución.
Pacientes
con insuficiencia renal: no se requieren reajustes en la dosis. El propranolol
no se elimina en la diálisis intermitente, no siendo necesarios
reajustes en las dosis.
CONTRAINDICACIONES
El propranolol
está contraindicado en los pacientes con hipersensibilidad al fármaco
o a cualquiera de los componentes de su formulación.
La retirada
abrupta de cualquier beta-bloqueante, incluyendo el propranolol puede
ocasionar una isquemia del miocardio, incluso un infarto, arritmias ventriculares
e hipertensión, en particular en pacientes con enfermedades cardiovasculares
preexistente. Adicionalmente, puede desencadenarse una crisis de tirotoxicosis
o hipertiroidismo. En los pacientes con hipertiroidismo o tirotoxicosis,
el propranolol se debe administrar con precaución debido a que
puede enmascarar la taquicardia inducida por estas enfermedades.
Los beta-bloqueantes
deprimen la conducción a través del nodo AV, de manera que
están contraindicados en pacientes con bradicardia o con bloqueo
AV avanzado.
Como regla
general, los beta-bloqueantes no deben ser administrados a pacientes con
shock cardiogénico o insuficiencia cardiaca congestiva, en particular
en los que muestran un importante compromiso de la función del
ventrículo izquierdo. Estos fármacos poseen efectos inotrópicos
negativos que pueden reducir aún más el gasto cardíaco
ya comprometido. Sin embargo, en ocasiones los beta-bloqueantes en pequeñas
dosis pueden ser beneficiosos en la insuficiencia cardiaca, siendo utilizados
en la cardiomiopatía hipertrófica.
Los beta-bloqueantes,
incluyendo el propranolol se deben usar con precaución en los pacientes
con feocromocitoma o angina de Prinzmetal, debido al riesgo de una hipertensión
secundaria a una estimulación de los receptores alfa-adrenérgicos
no contrarrestada.
En el tratamiento
del infarto de miocardio, los beta-bloqueantes están contraindicados
en los pacientes con hipotensión (presión sistólica
inferior a 100 mm Hg).
Los beta-bloqueantes
pueden interferir en la glucogenolisis produciendo o prolongando la hiperglucemia
en los pacientes con diabetes, siendo más activos en este sentido
los que son selectivos de los receptores beta-1 (el propranolol es un
beta-bloqueantes no selectivo). Además, pueden enmascarar la taquicardia,
las palpitaciones y los temblores producidos por la hipoglucemia. En cambio,
no afectan a la diaforesis ni a la respuesta hipertensiva producidas por
la hipoglucemia.
Los beta-bloqueantes
pueden ocasionalmente producir hiperglucemia, al parecer debido al bloqueo
de los receptores beta-2 de los islotes pancreáticos, lo que a
su vez reduce la secreción de insulina. Se recomiendan una frecuente
monitorización de los niveles de glucosa cuando se administra propranolol
a un paciente diabético.
Los pacientes
tratados con propranolol antes o durante una cirugía en la que
se utilicen anestésicos generales que tengan efectos inotrópicos
negativos deberán ser cuidadosamente monitorizados debido al riesgo
de desarrollar una insuficiencia cardiaca. Se han comunicado casos de
severa hipotensión y paros cardíacos después de una
operación quirúrgica en pacientes tratados con beta-bloqueantes.
Existe una controversia acerca de la conveniencia de retirar o no los
beta-bloqueantes antes de una cirugía mayor.
El propranolol
se debe usar con precaución en pacientes con insuficiencia hepática
debido a que puede estar reducido su aclaramiento plasmático. Puede
ser necesaria una reducción de la dosis.
El propranolol
está contraindicado en pacientes con enfermedades bronquiales tales
como asma, enfisema o bronquitis o durante un broncoespasmo. Los beta-bloqueantes
inhiben la broncodilatación y antagonizan los efectos de los broncodilatadores
adrenérgicos.
El propranolol
está relativamente contraindicado en los pacientes con enfermedad
de Raynaud o enfermedad vascular periférica debido a que la reducción
del gasto cardíaco y el aumento de la estimulación alfa
pueden exacerbar estas condiciones.
Los beta-bloqueantes
lipofílicos como el propranolol son más propensos a producir
efectos adversos sobre el sistema nervioso central, incluyendo depresión.
Se debe evitar el uso del propranolol en pacientes con depresión
importante siendo preferibles beta-bloqueantes más hidrofílicos
como el acetabutolol, el atenolol o el nadolol.
Los beta-bloqueantes
pueden exacerbar algunas condiciones clínicas como la psoriasis,
acentuar la debilidad muscular y la visión doble en pacientes con
miastenia grave y producir alteraciones mentales, especialmente en los
ancianos. Estos, son menos sensibles a los efectos antihipertensivos del
propranolol, si bien al estar disminuido el aclaramiento, pueden aumentar
los niveles plasmáticos y por consiguiente sus efectos. Por estos
motivos, la respuesta de los ancianos a los beta-bloqueantes no es demasiado
predecible. Además, los ancianos suelen padecer enfermedades vasculares
periféricas y el aumento relativo de la estimulación alfa
puede agravar estas condiciones.
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