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DESCRIPCION La lomefloxacina es un antibiótico de la familia de las fluoroquinolonas similar a la norfloxacina y a la ciprofloxacina. Se diferencia en su efecto más prolongado, lo que permite su administración en una sola dosis al día. Adicionalmente, a diferencia de otras quinolonas, su biodisponibilidad no es afectada por los alimentos. La lomefloxacina se utiliza preferentemente en el tratamiento de las infecciones del tracto respiratorio inferior y de las infecciones urinarias. Mecanismo de acción: los efectos antibacterianos de la lomefloxacina se deben a la inhibición de la topoisomerasa IV y la DNA-girasa bacterianas. Estas topoisomerasas alteran el DNA introduciendo pliegues super helicoidales en el DNA de doble cadena, facilitando el desenrrollado de las cadenas. La DNA-girasa tiene dos subunidades codificadas por el gen gyrA, y actúan rompiendo las cadenas del cromosoma bacteriano y luego pegándolas una vez que se ha formado la super hélice. Las quinolonas inhiben estas subunidades impidiendo la replicación y la transcripción del DNA bacteriano, aunque no se conoce con exactitud porqué la inhibición de la DNA-girasa conduce a la muerte de la bacteria. Las células humanas y de los mamíferos contienen una topoisomerasa que actúa de una forma parecida a la DNA-girasa bacteriana, pero esta enzima no es afectada por las concentraciones bactericidas de la lomefloxacina. Como todas las quinolonas, la lomefloxacina muestra un efecto post-antibiótico: después de una exposición, los gérmenes no pueden reiniciar su crecimiento durante unas 6 horas, aunque los niveles del antibiótico sean indetectables. La lomefloxacina es razonablemente activa frente a los estafilococos, si bien se han comunicado casos de resistencia a las quinolonas por lo que no es recomendable usar rutinariamente este antibiótico frente a estos microorganismos. En general, la lomefloxacina es activa frente a la mayoría de los patógenos urinarios incluyendo Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Proteus mirabilis, Citrobacter diversus, Enterobacter cloacae y Staphylococcus saprophyticus. Las Pseudomonas aeruginosa son menos suseceptibles a la lomefloxacina que a la ciprofloxacina. La lomefloxacina es eficaz en el tratamiento de las infecciones respiratorias producidas por Haemophilus influenzae y Branhamella (Moraxella) catarrhalis. Otros gérmenes suscepstibles son Hafnia alvei; Klebsiella oxytoca; Klebsiella ozaenae; Legionella pneumophila; Morganella morganii; Neisseria gonorrhoeae; Proteus mirabilis; Providencia alcalifaciens; Providencia rettgeri; Serratia liquefaciens; Serratia marcescens; y Staphylococcus epidermidis. Por el contrario, los neumococos y los Mycoplasma pneumoniae son resistente a este antibiótico. Farmacocinética: La lomefloxacina se administra por vía oral, siendo rápidamente absorbida. La presencia de alimento reduce ligeramente su absorción y la biodisponibilidad, pero en una extensión que no es clínicamente significativa. Sin embargo, la lomefloxacina se une a los cationes divalentes, por lo que es preferible administrarla en ayunas. En los voluntarios sanos en ayunas, la lomefloxacina se absorbe en el 95-98%, produciendo niveles plasmáticos proporcionales a las dosis. Este fármaco se une tan solo en un 10% a las proteínas del plasma. Después de la administración oral de una dosis de 400 mg a voluntarios sanos las concentraciones plasmáticas máximas oscilan entre 2.8 y 3.2 mg/ml. Las concentraciones plasmáticas de equilibrio se alcanzan en 48 horas. Aunque la absorción no es afectada por la edad, en los pacientes de la tercera edad la eliminación se reduce en un 25%. La lomefloxacina se excreta sobre todo por vía urinaria y sólo se recupera en las heces el 10%. El fármaco se metaboliza mínimamente en el hígado, apareciendo sólo el 9% de la dosis administrada en forma de glucurónido, que se elimina en la orina conjuntamente con el fármaco nativo. En los voluntarios y pacientes con las función renal normal, la semi-vida de eliminación es de unas 7.8 horas, aumentando ligeramente en los ancianos a unas 8 horas. La velocidad de eliminación se reduce sustancialmente en los pacientes con aclaramiento de creatinina inferior a 40 mL/min. En los pacientes con aclaramiento de creatinina < 10 mL/min, la semi-vida de eliminación es de 45 horas. En los pacientes con insuficiencia hepática no es afectada la eliminación urinaria de lomefloxacina. Después de la administración intraocular de lomefloxacina al 0.3% se observan concentraciones del antibiótico en el humor acuoso 10 veces más elevados que los obtenidos después de dosis iguales de ciprofloxacina. Las concentraciones máximas, que se alcanza en una hora son del orden de 1.62 mg/ml, superiores a la CMI (concentración minina inhibitoria) de la mayor parte de los gérmenes que producen infecciones oculares. INDICACIONES Y POSOLOGÍA Tratamiento de infecciones del tracto respiratorio inferior producidas por microorganismos sensibles: Administración oral:
Tratamiento de las infecciones urinarias debidas a microorganismos sensibles: Administración oral:
Profilaxis de las infecciones consecutivas a la resección transuretral de la próstata: Administración oral:
Tratamiento de la gonorrea no complicada (pe. cervicitis, proctitis, uretritis):
Pacientes con insuficiencia renal:
Tratamiento de queratitis y otras infecciones oculares: Administración tópica:
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CONTRAINDICACIONES La lomefloxacina está contraindicada en los pacientes con hipersensibilidad conocida a las quinolonas. En algunos pacientes predispuestos pueden ocurrir graves e incluso fatales reacciones de hipersensibilidad después de la primera dosis de una quinolona. En el caso de producirse alguna reacción alérgica, se debe discontinuar la lomefloxacina.
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La lomefloxacina se clasifica dentro de la categoría C de riesgo en el embarazo. Las quinolonas producen en los animales de laboratorio malformaciones de los cartílagos, incluso en el perro. Se debe discontinuar cualquier tratamiento con lomefloxacina durante el embarazo, a menos que los beneficios para la madre compensen el posible riesgo para el feto. La lomefloxacina está contraindicada durante la lactancia ya que el fármaco puede excretarse en la leche y producir artropatías en los lactantes. Si el fármaco se administra a la madre durante la lactancia, se recomienda para el bebé una alimentación alternativa.
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No se recomienda la administración de lomefloxacina a pacientes con un aclaramiento de creatinina < 10 ml/min. Además, aunque la lomefloxacina es soluble en medios acuosos a concentraciones varias veces mayores que las que producen en la orina, se Cham comunicado casos de cristaliurina en pacientes tratados con dosis altas del fármaco o sujetos mal hidratados. Debe evitarse la deshidratación durante el tratamiento con lomefloxacina: los pacientes deben ser advertidos para que beban suficientes líquidos para evitar este efecto. Además, debe evitarse la alcalinización de la orina ya que en estas condiciones se reduce la solubilidad del fármaco. Se han comunicado casos de fototoxicidad en pacientes tratados con lomefloxacina, por lo que se recomienda evitar el solo o la luz UV artificial durante el tratamiento. Este efecto fototóxico puede ser minimizado si la lomefloxacina se administra antes de acostarse. Como todas las quinolonas, la lomefloxacina está asociada a artropatías en los animales jóvenes debiéndose evitar su uso en niños y adolescentes. Además, las fluoroquinolonas está asociadas a rupturas del tendón de Aquiles: en el caso de aparición de un dolor tendinoso, se debe discontinuar de inmediato el tratamiento con lomefloxacina. La lomefloxacina puede producir una estimulación del sistema nervioso central y exacerbar enfermedades nerviosas. Por lo tanto, este fármaco se debe utilizar con precaución en pacientes con enfermedades tales como epilepsia arteriosclerosis cerebral. Parece ser que el riesgo de convulsiones es mayor con la lomefloxacina en comparación con otras quinolonas, pudiendo estas ocurrir incluso en ausencia de factores de predisposición. La lomefloxacina se debe utilizar con precaución en pacientes con historia de enfermedades gastrointestinales, especialmente colitis que puede ser exacerbada por las quinolonas. En los pacientes que desarrollan diarrea durante o poco después de un tratamiento con quinolonas, se debe considerar la posibilidad de una colitis seudomembranosa. INTERACCIONES El uso concomitante de warfarina y quinolonas puede ocasionar un aumento del INR y del tiempo de protrombina. Esta interacción se puede manifestar a los 2-16 días. Se recomienda una estrecha monitorización en el caso de la administración de ambos fármacos. Como todas las quinolonas, la lomefloxacina forma quelatos con iones divalentes o trivalentes, por lo que su absorción oral puede quedar reducida si se administran fármacos que contengan sales de aluminio, hierro, calcio, magnesio y/o zinc. Algunos ejemplos de fármacos que interaccionan con la lomefloxacina mediante este mecanismo son los antiácidos, el salicilato de magnesio, los complejos de hierro, o los preparados multivitamínicos que contienen sales minerales. Otros preparados equis contienen en su formulación sustancias tamponantes (un ejemplo es la didanosina en comprimidos) pueden reducir la absorción de la lomefloxacina. Se desconoce si los preparados a base de bismuto interfieren con la biodisponibilidad de las quinolonas, por lo que se recomienda distanciar en 4 a 6 horas su administración. El sucralfato administrado 2 horas antes que la lomefloxacina reduce tanto la velocidad como la extensión de la absorción del fármaco. Algunos alimentos pueden contener cantidades significativas de cationes di- y trivalentes, por lo que se deben tomar precauciones si el paciente consume grandes cantidades de productos lácteos u otros alimentos con contenidos elevados de hierro y de calcio. El sevelamero puede afectar la absorción de las quinolonas, si bien no hay datos disponibles sobre esta interacción en el caso de la lomefloxacina. Esta posible interacción puede minimizarse administrando el antibiótico 1 hora antes o 3 horas del sevelamero. Aunque algunas fluoroquinolonas pueden interferir con el metabolismo hepático de la cafeína y de la teofilina, en el caso de la lomefloxacina no se han observado alteraciones en la eliminación de la cafeína y de la teofilina cuando estas sustancias se administraron concomitantemente. Sin embargo no hay datos disponibles en el caso de grandes consumidores de café, en los que la lomefloxacina se debe administrar con precaución. El probenecid reduce el aclaramiento renal de la lomefloxacina, ocasionando un incremento de los niveles plasmáticos y de la semi-vida de eliminación. Como ocurre en el caso de todas las quinolonas, la lomefloxacina puede ocasionar la ruptura del tendón de Aquiles, habiéndose comunicado casos unilaterales y bilaterales. También se ha visto afectados otros tendones en particular del hombro y de la mano. Se sabe que la administración concomitante de corticoides es una factor de riesgo para esta reacción adversa Se ha observado una fotosensibilidad ligera a moderada en el 2.4% de los pacientes cuando estos se expusieron prolongadamente al sol o los rayos UV. Se desconoce si los filtros solares, incluyendo los factores de protección más potentes pueden prevenir tal fotosensibilidad, debiéndose advertir a los pacientes que eviten tomar el sol durante el tratamiento con lomefloxacina. Por la misma razón no se deben administrar concomitantemente retinoides y quinolonas debido a que estas pueden potenciar los efectos fototóxicos de los primeros REACCIONES ADVERSAS La mayor parte de las reacciones adversas comunicadas en los estudios clínicos con la lomefloxacina fueron de intensidad leve o moderada y pasajeras. La lomefloxacina tuvo que ser discontinuada en el 2.6% de los casi tres mil pacientes investigados. Pueden producirse graves reacciones de hipersensibilidad que pueden llegar a ser fatales durante el tratamiento con lomefloxacina, en particular si esta se combina con otro fármaco. Las reacciones de hipersensibilidad se manifiestan por rash maculopapular fiebre, eosinofilia, ictericia o necrosis hepática. Si alguno de estos síntomas se manifiesta, debe interrumpirse inmediatamente el tratamiento. Las reacciones adversas más frecuentes observadas son la náusea y los vómitos, que tienen lugar en el 3.7% de los pacientes y la diarrea que ocurre en el 1.7%. Otros efectos gastrointestinales son dispepsia, constipación, dolor abdominal y sangrado gastrointestinal. Sin embargo, la lomefloxacina solo ha sido discontinuada debido a efectos secundarios sobre el tracto digestivo en el 0.7%. A nivel del sistema nervioso central, las reacciones adversas más frecuentes observadas durante el tratamiento con lomefloxacina incluyen las cefaleas (3.2%), mareos (2.3%) y, con menor frecuencia (< 1%) convulsiones, coma, hipercinesia, parestesias, vértigo, temblores, confusión, insomnio, astenia, alucinaciones, malestar general, depresión y aumento de la presión intracraneal. Los efectos adversos sobre el sistema nervioso central obligaron a discontinuar el fármaco en el 0.5% durante los estudios clínicos realizados en más de 3.000 sujetos. Las reacciones adversas dermatológicas, además de la fotosensibilidad, afectan alrededor del 1% de los casos. Las reacciones adversas cardiovasculares son poco frecuentes (<1%) e incluyen hipotensión o hipertensión, edema, taquicardia sinusal, bradicardia sinusal, contracciones ventriculares prematuras, síncope, angina, infarto de miocardio, embolia pulmonar e insuficiencia cardiaca, aunque en muchos de los casos en los que estos efectos adversos fueron observados, no estuvo claramente evidenciada una relación causa-efecto con el tratamiento con lomefloxacina.
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PRESENTACION
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REFERENCIAS
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Monografía
creada el 22 de Septiembre de 2010.Equipo de redacción de IQB (Centro colaborador de La Administración Nacional de Medicamentos, alimentos y Tecnología Médica -ANMAT - Argentina). |
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