ECOCARDIOGRAFIA

Principios de ecocardiografía

El sonido es una forma de energía que se transmite por un medio mediante una serie de compresiones y descompresiones de las moléculas del medio (*). El sonido se caracteriza por su longitud de onda, que es la distancia entre dos máximos de compresión consecutivos o ciclo y por su frecuencia o número de ciclos en la unidad de tiempo (usualmente el segundo). La frecuencia se expresa, por tanto en ciclos/seg o herzios.

Como la velocidad del sonido es el producto:

velocidad del sonido = longitud de onda x frecuencia

y es constante para cada medio, es obvio que existe una relación inversa entre longitud de onda y frecuencia. La ecocardiografía utiliza unos sonidos de frecuencia superior a los 20.000 Hz. Esta es, aproximadamente la mayor frecuencia que puede oir el oído humana, por lo que los sonidos empleados en la ecocardiografía son inaudibles para el ser humano y por ello reciben el nombre de ultrasonidos, y la técnica que los utiliza recibe el nombre en muchos sitios de ultrasonografía (US). En medicina se utilizan ultrasonidos con frecuencias entre 1.5 y 60 MHz

Los ultrasonidos son útiles para el diagnóstico por imágenes porque pueden ser dirigidos como un haz y porque obedecen a las leyes de la física ondularia. Así, por ejemplo, si un haz de ultrasonidos que se propaga en línea recta a través de un medio homogéneo se encuentra con un obstáculo con diferentes propiedades acústicas (impedancia), parte de su energía puede ser reflejada propagándose el resto de una forma atenuada (*). La energia reflejada, el eco, es utilizada para construir una imagen.

El componente más importante de cualquier instrumento de ecocardiografía es el tranductor. El tranductor es un cristal piezoeléctrico de un material como el titanato de bario que al recibir una corriente eléctrica cambia de tamaño (vibra) produciendo un sonido y viceversa, cuando recibe energía procedente de un sonido produce una corriente eléctrica. Las pequeñisimas corrientes eléctricas recibidas son procesadas y enviadas a un tubo de rayos catódicos que es el que produce la imagen.

Modalidades de ecocardiografía

Los ultrasonidos se transmiten mal a través del aire y del hueso, por lo que para llegar a las estructuras cardíacas es necesario utilizar "unas ventanas" siendo las más utilizadas la paraesternal, apical, subcostal y supraesternal. Por otra parte, la cantidad de sonido reflejado cuando el haz de ultrasonido se encuentra con una interfase de impedancia diferente depende de varios factores.

En primer lugar, el haz de ultrasonidos diverge a medida que se aleja del transductor de manera que algunas estructuras próximas a este pueden quedar fuera del haz, mientras que otras más lejanas pueden aparecer como si estuvieran cerca del eje central del rayo sonoro (*)

del grado de perpendicularidad del haz con la interfase. Si el haz incide lateral o paralelamente, poca o ninguna energía quedará reflejada. Este fenómeno es denominado "caída o desaparición del eco"

También existen estructuras que pueden reflejar el sonido con tal fuerza que este llega al transductor y es reflejado por este volviendo de nuevo al