Tópicos en hipertensión

TESTS DE LA FUNCION RENAL

UROGRAFIA INTRAVENOSA

El urografía excretora (o urografía o pielografía intravenosas) consiste en la visualización de los riñones y del tracto urinario antes y después de la administración de un medio de contraste. Se obtienen una o más radiografías abdominales antes de la inyección intravenosa del agente de contraste. Después de esta última se obtienen una serie de radiografías que permiten evaluar el parénquima renal, el sistema colector, los uréteres y la vejiga. La combinación del aspecto morfológico-anatómico y del comportamiento fisiológico del contraste puede revelar anomalías en los riñones y el tracto urinario. Ocasionalmente, pueden detectarse anomalías de las estructuras adjacentes. En comparación con la arteriografía renal, la sensibilidad y especificidad de la pielografía intravenosa son del 70 al 80% y del 87 al 98%, respectivamente (Ref. 2.4.1)

El objetivo de la urografía intravenosa es detectar anomalías fisiológicas y/o anatómicas del tracto urinario mediante la producción de imágenes secuenciales con un mínimo de exposición del paciente a los rayos X. Son muy numerosas las indicaciones de la urografía intravenosa; entre ellas destacaremos:

  • - evaluación de hematuria
  • - dolor de origen renal o del tracto urinario
  • - infecciones urinarias recurrentes
  • - sospecha clínica de masas renales
  • - obstrucción del tracto urinario inferior o problemas de evacuación

Esta técnica puede asociarse a otros exámenes como los basados en ultrasonidos o la tomografía computarizada. (fig. 2.4.1) Deberá tenerse en cuenta la posibilidad de efectos secundarios producidos por el agente de contraste. La unidad deberá constar de un equipo de resucitación cardiopulmonar con personal entrenado para este tipo de emergencias. Además, en el caso de posibles embarazos, deberá evaluarse el riesgo para el feto de la radiación ionizante (ACR2)